Cuando escuchamos que la kombucha es una «bebida fermentada«, se nos viene a la mente vino, sidra, cerveza y algunas otras bebidas alcohólicas. Pero la maravilla de este «elixir de la vida», como le dicen por Asia, es que no se considera bebida alcohólica.
¿Qué quiere decir que «no se considera«?. Pues que lo que tiene son trazas de alcohol, un menos del 1% (la nuestra, nada.. un 0,5%). Pensamos que al decir «alcohol» estamos ante una bebida «alcohólica» y ya nos imaginamos los estragos que puede causar. Pero estas trazas son como las que podemos encontrar cuando una fruta está muy madura (que decimos que se ha pasado), un yogurt, un vaso de kefir o una misma salsa que pasa por un leve proceso de fermentación. Y es que para fermentar se necesita vida y os queremos dejar aquí una explicación muy sencilla de lo que ocurre cuando se fermentan vegetales y bebidas:
Las levaduras se emocionan y empiezan a comer azúcar – recordemos que hay azúcar en los vegetales, frutas, hortalizas, etc… en fin: ¡Todo tiene azúcar!. En esa fiesta de azúcares y nutrientes, las levaduras «eructan» etanol. Ese etanol es atrapado por las bacterias y ellas lo comen. Por eso, se necesita mantener el equilibrio entre bacterias y levaduras. Altas temperaturas pueden hacer que la levadura «eructe» etanol más rápido de lo que la bacteria puede producirlo, por lo que, el resultado será una kombucha alcohólica. Pero en Meraki cuidamos la temperatura a tope y vamos a hablar claro, Galicia tampoco es que nos dé mucho chance a que se nos disparen las levaduras por el calor… ja!.
Trazas de alcohol son responsables de que la kombucha dure meses en una despensa, no nos va a emborrachar. Ni cerca de eso. Si sentimos gran alegría al tomarla es por todos los ácidos beneficiosos que la componen.
Ahora, a los peques. Siempre me pregunto: si se les da colacao (que es 70% azúcar blanco), coca cola y zumos con montón de aditivos… ¿Por qué no se les puede dar kombucha? Sacia la sed más rápido que cualquiera de las bebidas anteriores, promueve la digestión, da energía y fortalece el aparato digestivo. Hazte esa pregunta y te darás cuenta que le damos a nuestros hijos cosas menos nutritivas que un chupito de kombucha.
¿Cuánto deben tomar? Pues un chupito para los mas peques y para los que van a comenzar por primera vez a tomarla. Ya para los mayores (digamos, unos 9 años en adelante) pueden tomar un vaso sin problema. El niño se acostumbrará tanto a una bebida funcional que no querrá azúcares procesados en otras bebidas. Lo dice la hija de nuestra fundadora.
Y como siempre, debemos variar la dieta. Tomar demasiada kombucha es como comer demasiado de otro tipo de alimento. Una alimentación balanceada se basa en gran variedad de alimentos. Nada es perfecto ni milagroso. Somos nosotros quienes tomamos las decisiones para beneficiarnos de lo mejor que nos puede ofrecer la naturaleza.
Olá e obrigado por este blog é uma verdadeira inspiração ..
gracias por leerlo!